Espiritualidades del S. XXI
“No veo esperanza de una paz mundial
duradera.
Lo hemos intentado todo y tristemente
hemos fracasado.
Si el mundo no experimenta un renacimiento
espiritual,
La civilización estará condenada a la
extinción”
Dag Ham- merskjöld –
Ex - secretario General de la ONU
Este trabajo expone las
diferentes realidades espirituales actuales que describen diversos autores, que
pueden llegar a ser en algunos casos inclusive contrarias o contradictorias.
Además de partir de una definición concreta de espiritualidad, y describir dos acercamientos. El primero; una
mirada histórica de la espiritualidad y el Segundo, a las espiritualidades
orientales. Teniendo allí un eje central y articulador, en el cual el texto
llega a describir cómo las espiritualidades en el siglo XXI dentro de las
mismas experiencias místicas o espirituales se llega asemejar a fenómenos
científicos-metafísicos, teorías universales y teorías físicas.
La espiritualidad es
comprendida por muchos autores como el
elemento fundante de la existencia humana, a partir del siglo XXI la
mayoría de autores coinciden en definir espiritualidad como la conciencia profunda del ser, en relación
con la eternidad…con el universo. La espiritualidad, como concepto, sigue
siendo un tema muy debatido o pugnado hoy en día dentro del pensar
epistemológico-espiritual. –Por ahora- tomaremos la definición tradicional en
la cual, se concibe la espiritualidad como un elemento de trascendencia que integra la complejidad del ser humano.
Es decir; es simplemente un elemento constitutivo del ser humano que le permite
a este no solo ser un ser inmanente.
Para entender la
espiritualidad hoy, también es
necesario entender como ha sido el proceso histórico que han tenido las
diferentes espiritualidades en el mundo. Y, aunque este no es un texto
histórico que busca describir exhaustivamente las condiciones o los
acontecimientos importantes que llegaron a afectar de uno u otro modo las
vivencias espirituales dentro de las diferentes culturas. Se pretende dar una
mirada general.
Dentro de la era prehistórica,
ya existía la espiritualidad como elemento constitutivo del ser humano y aunque
podemos entender diversas prácticas espirituales no sabemos exactamente si
aquellos <<primeros humanos>>
eran conscientes de sus prácticas, no sólo como rito sino como una experiencia trascendental. Notamos que con la
evolución del ser humano, también se fue dando una evolución de la conciencia e
inclusive de una conciencia espiritual.
En la cual preponderaron elementos naturales que para las diferentes culturas
eran elementos que denotaban vida
como <<el agua, la tierra, el sol,
la luna –entre otros->> Estos distintos elementos eran entendidos
inclusive como mediaciones a la trascendencia, al trascendente o a una
experiencia trascendental. Estos primeros rasgos característicos de la
espiritualidad humana llegan a ser los que más se han mantenido a través de la
historia e incluso se encuentran muy arraigados dentro de las espiritualidades
del siglo XXI.
Más adelante y dando un gran
salto histórico, encontramos gran diversidad de espiritualidades que por
grandes características de diferenciación, los autores del siglo XX y siglo
XXI, han divido en sus escritos entre espiritualidades occidentales y espiritualidades
orientales. Cada una con unas características en específico. Las espiritualidades occidentales llegaron a estar muy
marcada por ideologías platónicas en la cual, definir la realidad a partir de
la categoría <<bueno>> o <<malo>> era necesario para dar
paso a una espiritualidad y a una moral. Las
espiritualidades orientales no se
entendieron con este sistema de creencias y en cambio adoptaron una
espiritualidad plural y más arraigada en la meditación. Las espiritualidades
orientales fueron apologizando su tradición; por lo que hoy en día
muchas de ellas conservan con mayor fidelidad la tradición espiritual de siglos
atrás.
Actualmente, las
espiritualidades llegan a ser casi tan infinitas como las mismas personas. Dentro
de un fenómeno que la iglesia llama <<secularización>>
se ha visto que, aunque las personas se secularicen de sus iglesias dentro
de un gran porcentaje aumentan sus prácticas espirituales. Es decir;
actualmente las personas tienden a pertenecer menos a una religión en específico,
pero sí tienden a ser personas más espirituales. ¿Cómo es esto posible?
Hoy hablamos ya de espiritualidad seglar e inclusive
espiritualidad en el arte, música y meta-relatos; de esto nos ayuda a
profundizar Waldo Balart quien afirma
que <<en la actualidad existe un
énfasis en el que el ser humano tiene la necesidad de una búsqueda interior que
no está ligada a la religión pero sí muy cercana a lo que tradicionalmente se
ha definido como espiritualidad>> (B;
Waldo. Pág. 567). Balart
ha profundizado también en el estudio de espiritualidades actuales y cita a Erich Fromm quien realiza una
clasificación de las espiritualidades actuales dividiéndolas en: Espiritualidad
Religiosa y Espiritualidad Seglar, de las cuales Balart afirma <<la
primera se basa en una ética autoritaria, represiva y sumisa y la seglar en una
ética humanista, consiente y productiva>>
(W; Balart. Pág. 568) Afirmación que –a mi modo de ver- es no
solo autoritaria sino también poco informada y excluyente, en el sentido en que
se está denigrando de una espiritualidad arbitrariamente. Por otra parte Balart señala el comienzo de la
espiritualidad en el arte afirmando <<La
espiritualidad en el arte se da a finales del siglo XIX en donde los movimientos
Impresionista y Expresionista buscan la libertad de expresión a través de un
nuevo lenguaje plástico>> (W;
Balart. Pág. 569).
Ya entrados en el siglo XXI es
María José Arana quien expone la
problemática espiritual en este siglo en su texto “Desafíos del mundo actual a
la espiritualidad cristiana y las claves de identidad de una nueva
espiritualidad liberadora” afirmando <<Estamos
ante una crisis mundial; (…) crisis que abarca desde las instituciones hasta
los valores, de las estructuras políticas a las sociales y familiares (…) el
cambio climático, la crisis medioambiental la desaparición de tantas especies,
el desafuero de la naturaleza…Todas ellas son voces de alarma>> (Arana; M. Pág. 1) Con
esta afirmación José María nos
introduce en la problemática espiritual del siglo XXI, una problemática
encarnada en la realidad social, política y económica del mundo. Dentro de la
descripción de las problemáticas José
María propone una solución ya antes citada por algunos autores y políticos <<el renacimiento espiritual>>.
Afirma que es necesario que el
mundo tenga un renacimiento espiritual y describe que aunque a veces cueste
verlo, espiritualidad y supervivencia están profundamente unidas y el bienestar
espiritual y el bienestar de la humanidad están íntimamente ligados.
Aunque existen otros autores
como Antonio Royo Marín que realiza otra lectura de la realidad de las
espiritualidades del siglo XXI, en la cual resalta la pluralidad espiritual en especial en América latina y Asia. Donde a
pesar de los problemas actuales ya mencionados por Arana, Marin enfatiza que existe una gran cantidad de
espiritualidades fruto de la gran cantidad de religiones y/o iglesias nacientes
en este último siglo. Para Marin el
siglo XXI es uno de los siglos en donde más se ha dado la proliferación de
nuevas espiritualidades, afirma que dentro de este siglo ya sea por los
problemas económicos o la simple falta de sentido de la vida, existen cada vez
más, personas que realizan prácticas espirituales.
En el siglo actual, se nos
facilita entretejer y estrechar la brecha entre ciencia y espiritualidad con respecto a las espiritualidades orientales y teorías científicas como la teoría de la relatividad de Einstein y .la
teoría de realidades paralelas. En la cual tanto los estados de conciencia como
las categorías de meditación entran a jugar con las realidades metafísicas
estudiadas por diferentes científicos. Donde muchas prácticas espirituales como
el desdoblamiento y la bilocación llegan a ser validadas
legítimamente por medio de estas denominadas por algunos autores como ciencias metafísicas, en donde por medio
de un lenguaje netamente científico en el que hablamos de átomos y moléculas,
hablamos también de la complejidad del cuerpo humano. Donde gracias a la teoría
de Einstein nos damos cuenta que el cuerpo humano es energía que viaja a una
velocidad específica millones de veces menor a la velocidad de la luz. Y es por
medio de ello que también nos damos cuenta que muchas meditaciones espirituales
llegan a elevar las vibraciones de energía del cuerpo. Y encontramos tanto
científica como espiritualmente que el cerebro o la mente es el órgano más
complejo de toda la evolución de la tierra capaz de llegar a ser un órgano
mediador entre la inmanente y lo trascendente. Todas estas semejanzas y
relaciones se han podido encontrar a lo largo de finales del siglo XX y
comienzos del XXI en donde la ciencia y la mística cada vez parecen más
cercanas. Hablamos de una espiritualidad
científica en donde las ciencias de lo metafísico se demuestran en las
prácticas espirituales tanto de espiritualidades
de occidente como de oriente.
Con
todo esto, llegamos a entender finalmente que la gran brecha marcada
históricamente entre la ciencia y la mística, hoy se transparentan y
prácticamente se apoyan mutuamente y realizan diálogos para su mayor
comprensión y estudio. Hoy, en un mundo que con mayor frecuencia usa la palabra
<<holístico(a)>> en su
lenguaje, nos obliga a comprender un mundo, una ciencia y una espiritualidad
cada vez más integra e integral. En donde tomamos en cuenta todas las
dimensiones y paradigmas que llegan a comprender al ser humano, su razón y su
espíritu.
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