Aportes para un estudio del Evangelio de Jn 1,1-18


2º Domingo de Navidad
“Nueva humanidad; testimonio de fe en Jesús en la vida de Comunidad”
César Augusto Baratto Abello
Biblista – Docente – Investigador
cbarattoa@gmail.com




1. ACERCAMIENTO CONTEXTUAL SOCIO-HISTÓRICO Y CULTURAL:

Antes de abordar la lectura del evangelio para su estudio y posterior reflexión e interpretación que oriente nuestra vida y prácticas, presentamos un horizonte general de aproximación al contexto donde se desarrolla el escrito de este texto que, sin duda, es uno de los de mayor elaboración (revelación) teológica contiene el Nuevo Testamento. Estos apuntes de contexto nos ayudarán a percibir sentidos e intencionalidades que están detrás de estas palabras que muchas veces pueden parecer un poco complejas de comprender, pero que miradas desde la experiencia de fe en el caminar cotidiano de la vida realmente no son tan abstractas o extrañas, sino que por el contrario de verdad revelan una nueva vida, nueva en todos los aspectos y dimensiones de la vida.

– El evangelio parece haber sido escrito al final del siglo primero o inicio del siglo segundo (años 90 a 120 d.C.), los más recientes estudios lo ubican más en la primera parte del siglo segundo. Es ya una comunidad que vive en la diáspora (fuera de la Palestina) y crece en medio de un contexto cultural, histórico y religioso influenciado por el pensamiento helenista… con los conflictos y posibilidades que ofrece el Asia Menor… y parece que más exactamente corresponde a la región de Éfeso como lugar de asentamiento y vida de la Comunidad del Discípulo Amado.

La propuesta de Comunidad presentada en el evangelio refleja claramente el carácter universal del mensaje de Jesús, así como el conflicto – contraste que éste implica en todas las dimensiones de la vida en medio del mundo y proyecto de sociedad impuesto por Roma, es el camino de comunidad seguidora y discípula de Jesús la “señal” de nuevo paso de Dios que se hace alternativo y posibilidad de construir un nuevo sentido de vida que sea vida para todos/as y vida en abundancia (cfr. Jn 10, 10). Al mismo tiempo, revela el rostro de la comunidad de creyentes y discípulos/as que están en un proceso de re-flexión y profundización de su propia fe en medio de los conflictos que existen en su entorno, y aún, de cara a otras apuestas de comprensión de Jesús y de vida de comunidad/iglesia entre comunidades cristianas (es decir, podemos percibir un conflicto-contraste incluso con otras comunidades cristianas, esto es muy importante de seguir para percibir las novedades que este evangelio ofrece)… es pues, un momento para volver sobre la experiencia vivida y re-flexionada para abordar posibilidades de mirar la realidad de nueva manera… a la manera de Jesús.

– Contexto de la Comunidad del Discípulo Amado: A manera de síntesis podemos ubicarnos en un escenario de realidad que está inmerso entre tres grandes condiciones y circunstancias de conflicto-contraste para vivir la vida según la experiencia en Jesús: Persecución frente a la sinagoga y ahora en persecución directa por parte del imperio romano; conflicto con otras comunidades cristianas (¿paulinas en Éfeso?) y, una realidad interna que se debate entre amenazas y problemas de posibles herejías (cfr. 1 Jn. 2, 18 – 20)… como se puede concluir, asumir la fe en Jesús implica y representa consecuencias mucho más allá que el ámbito individual y de fuero interno de cada persona para la relación con Dios, pues estamos hablando de la vida toda, en todas las dimensiones de ella.

Asumiendo que el texto se escribe a finales del siglo primero y/o la primera década del siglo segundo, tanto la comunidad como sus escritos han vivido varios fenómenos de trashumancia y de redacción, pues en ellos recogen los procesos vividos y sus nuevos aprendizajes y experiencias… todo en el marco teológico que la Comunidad encarna ahora a Jesús, el Resucitando, Viviente, Hijo, Señor y Dios (alta Cristología, según el trabajo investigativo realizado por Raymond Brown); es decir, existe la convicción y certeza que la Comunidad es Jesús… y esto tiene serias y profundas implicaciones y consecuencias.

Una comunidad que por su experiencia vital y su propuesta teológica – eclesial – social se hace radicalmente nueva y distinta de otras experiencias teológicas – eclesiales – sociales como las comunidades paulinas y las comunidades acompañadas por los evangelistas de los sinópticos. Esto es muy importante no perderlo de vista… y representa que hay diferencias entre las maneras de comprender a Jesús y diferencias en las maneras de ser Comunidad/Iglesia, así como de asumir las prácticas y proyecciones de la fe en todas y cada una de las dimensiones de la vida: personal, comunitaria/eclesial, social y eco-ambiental.

– Esencialmente el evangelio es de carácter catequético, es decir, está escrito y dirigido a una Comunidad que ya está constituida, ha caminado, experienciado la novedad de Jesús resucitado y su proyecto y es, en general, sólida en la fe en Jesús, de ahí que al hacer catequesis lo que pretende es orientar una profundización en la fe que ya poseen y la han de cultivar en medio de nuevos conflictos y circunstancias. En este sentido, también es diferente el Cuarto Evangelio a los evangelios sinópticos en cuanto que éstos últimos son evangelios kerigmáticos, es decir, dirigidos a comunidades que empiezan a conocer a Jesús y su Proyecto, a ellas se les presenta el anuncio inicial de Jesús.
Como ya se dijo, la formación de profundización en la fe que se hace en la Comunidad del Discípulo Amado se realiza en medio de una agudización de conflictos de diverso orden:

Conflicto con Jerusalén:, Roma, las Sinagogas (incluidas persecuciones y asesinatos, cfr. 16, 1 – 2), este conflicto aparece por la conciencia que se desarrolla en el seno de la Comunidad del Discípulo Amado de que la fe en el Dios de Jesús implica hondas transformaciones en todas las dimensiones de la vida, transformaciones que se han de concretar al implantar la justicia según el amor de Dios, lo cual suscita inconformidad y reacción de parte de quienes tienen y ejercen el poder ya sea religioso, político, económico, social, cultural, etc.; como se ve, la fe en Jesús implica una novedad de profundas transformaciones y asumir las consecuencias que conlleva el vivir en fidelidad a Jesús y su proyecto, NO es solamente algo personal e íntimo en el corazón de cada persona, y menos, reducir la fe a aprender a ser bueno;

Conflicto con otras comunidades cristianas: que por su comprensión de Jesús y, por ende, la manera de organizarse y vivir la fe (eclesiología) hacen que sean diferentes/contrarias al parecer de la comunidad del Discípulo Amado… Esto nos lleva a aprender que según como se ve y se comprende a Jesús así también se asume y se vive la fe, nace la riqueza de la diferencia de ella y, al mismo tiempo, nace una manera de comprender las tensiones por querer hegemonizar e imponer una sola visión…
Vale la pena hacer un seguimiento al conflicto-contraste específicamente narrados en el cuarto evangelio a través de los relatos sobre Pedro y los doce;

Conflicto en el interior de la misma Comunidad del Discípulo Amado: que las llevará, más adelante a una ruptura interna y posterior recomposición… Ya se escribió acerca de diferencias de comprensión entorno de Jesús que conduce a una crisis de acusaciones de herejía (1 Jn 2, 18 – 20)… detrás de éstas aparecen los temores de algunas personas de la Comunidad ante los hechos de persecución que se quieren evitar; pero también hay temores por las rupturas con las tradiciones que generan nuevas formas de vida y algunos/as piensan que es posible que no se esté en la verdad de Jesús, pero como aquí se insiste es más producto del temor que de riesgo de vivir la fe en toda su novedad.

Este carácter de conflicto lo considero esencial y fundamental para la comprensión de todo el evangelio… es preciso hacer un estudio mayor acerca de este tema.

– Cuatro son las palabras centrales que aparecen en este pasaje del evangelio y que, además, se descubren a lo largo de todo el evangelio también como centrales para
comprender todo el evangelio… en estas cuatro palabras se enmarca la experiencia del “conocer” a Jesús que proclama la comunidad del Discípulo Amado.

La primera de éstas es CREER que en muchas de sus variantes se encontrará a lo largo y ancho del evangelio, pero que en ningún caso ha de entenderse como fe o tener fe, pues para el evangelista quienes tienen fe están en condición imperfecta; creer es el verbo más importante y es la clave del horizonte de comprensión de todo el cuarto evangelio pues representa un proceso de acercamiento e identidad con Jesús y su proyecto que conduce a la transformación de la vida toda (cfr. 1, 12 – 13; y 20, 31).

La segunda palabra es VER y todos sus similares que aparece por primera vez en 1.14 bajo el signo del contemplar, pero que a lo largo del evangelio también tiene acepciones de verdad o de mirar los contrastes con ojos críticos.

La tercera palabra clave en desarrollo del evangelio es el TESTIMONIO, que en este relato lo ponen en la persona de Juan Bautista; más que una connotación jurídica o de verdad conceptual o fáctica, en el cuarto evangelio, como en buena parte de la Biblia el testimonio revela y contiene un sentido, un mensaje, una vivencia o un encargo que se ha de concluir, así, desde esta perspectiva el testimonio encarna y representa una interioridad (espiritualidad) que revela las significaciones, representaciones, prácticas que son coherentes y en armonía con el sentido e intencionalidad del que se habla, en el caso del evangelio se refiere a Jesús, es decir, ser testimonio de Jesús… de ahí la fuerza para comprender el sentido del mártir y del martirio como testimonio,
La novedad fundamental que trae el cuarto evangelio en relación con su comprensión y uso del testimonio/testigo es que éste es necesario como clave para alcanzar la más acertada interpretación de Jesús y su Palabra, de ahí que el mismo evangelista se declara como testigo en una comunidad de testigos.

La cuarta palabra que también aparece en el desarrollo de todo el evangelio es la GLORIA de Dios como realización plena y verdadera de su proyecto (voluntad)… La gloria de Dios se concreta en convertirse en verdad la esperanza anunciada.
Desde estas cuatro palabras es que se puede abordar el sentido e intencionalidad del evangelista de la comunidad del Discípulo Amado en torno del anuncio del Verbo Encarnado como revelador del Padre/Madre Dios que se advierte desde los primeros versículos.

2. ACERCAMIENTO LITERARIO - CONTEXTUAL:

– Tradicionalmente se mira solamente a Jesús en la lectura y comprensión de los evangelios, se resalta su figura, su actuar, sus palabras, su enseñanza… y casi que nos quedamos solamente en esa mirada sobre Él, allá en su época y con sus gentes… pero esto es realmente un reduccionismo que hemos de superar para leer y comprender los evangelios en general, y el cuarto evangelio de manera particular, pues para el cuarto evangelio no se puede perder de vista que decir Jesús, equivale, al mismo tiempo, decir Comunidad o al contrario, decir Comunidad es decir Jesús… para el Discípulo Amado en el momento de escribir el evangelio hay plena conciencia que los dos son una misma realidad, inseparable: Jesús – Comunidad.

Esto trae implicaciones y consecuencias en muchos niveles además del teológico, religioso, sino que tiene que ver con todas y cada una de las dimensiones de la vida para enfrentar y asumir las crisis y conflictos como los narrados más arriba (ha de suponerse que la experiencia de la Comunidad del Discípulo Amado también ha superado la reducción religiosizada de la fe que hemos hablado en otros momentos en aportes de estudio anteriores.

También como consecuencia de este avance en la reflexión del fe de la Comunidad del Discípulo Amado esta comprensión de realidad Jesús – Comunidad pasa a nuestros días para que tomemos conciencia de la fe y avancemos en necesarias transformaciones de comprensión y de prácticas, por ejemplo, nos podemos preguntar: ¿tenemos plena conciencia que nuestra vida personal/familiar en una sola vida de Comunidad – Iglesia es la vida de Jesús hoy?; ¿Vemos, sentimos, caminamos con Jesús como personas en la Comunidad – Iglesia? ¿Lo que decimos, hacemos, vivimos, desde donde nos inspiramos para tomar decisiones, nuestros sueños y esperanzas, el estilo de vida y de sociedad es el mismo de Jesús y nacido en el corazón de Jesús?... Nótese que detrás de esta manera de comprender a Jesús y su proyecto, una de las principales implicaciones está en la superación de la forma reduccionista de la fe individual como reconocimiento de Él para acercarse y asumir un proceso que se realiza en la Comunidad de fe (que es donde se concreta la Iglesia).

De esta conciencia de pertenencia, de participación, de responsabilidad en la vida de fe es lo que está lleno el cuarto evangelio… desde ahí la Comunidad del Discípulo Amado relee la vida de Jesús y se aplica a sí misma para hacer lectura de su realidad en la época de finales del primer siglo y principios del siglo segundo de la era cristiana y, más aún, esta misma conciencia se lee como lo que sigue aconteciendo y sigue enseñando Jesús ahora resucitado en medio de ellos/as… Por tanto, hemos de leer nuestra propia vida personal – comunitaria (eclesial) – social – ecoambiental – histórica en esta misma perspectiva y de horizonte de fe y de convicción.

– Para comprender mejor los aportes de estudio que se ofrecen a continuación, sugiero mirar el archivo adjunto donde aparecen las estructuras literarias que se perciben en el texto joáneo que estudiamos, así como algunas notas que permiten percibir la hondura de la novedad que este evangelio aporta a nuestra tradición de fe.

 El relato contenido en Jn. 1, 1 – 18 es un himno, himno introductorio, himno que establece un claro paralelo entre el libro del Génesis y este relato (“en el principio”, así empiezan los dos, y las temáticas de creación, luz y tinieblas se conservan en común – claro, para el evangelista su intencionalidad irá más allá, pero quiere referir y tener en cuenta esta obertura de la obra creada, pues en últimas Jesús y su mensaje terminará afectando a la Creación toda –). En estas palabras se halla el horizonte de “sentido – expresión – experiencia de la vida” que está en juego en todo el evangelio. En el evangelio y para el evangelista su mensaje se centra en la persona de Jesús… el Creer en Jesús (que incluye adherir a su proyecto en todas sus dimensiones), ahí está la síntesis fundamental.

 Ese himno es una composición por fuera del Evangelio, pues su tono, lenguaje y estructura son distintas del resto del contenido, pero que contiene palabras claves que se utilizan a lo largo del evangelio como ya se ha dicho, el evangelista lo asume como clave introductoria que, al mismo tiempo, parece ser como un credo de la comunidad, y que sintetiza la enseñanza fundamental que hay en el interior de ella después de los años de vida siguiendo este espíritu y en contraste con el medio que le rodea… es decir, es una fórmula de síntesis de madurez en la fe, se diría hoy.

– Dos claves de estructura literaria se pueden apreciar en este himno – prólogo del evangelio que lleva a tres mensajes o enseñanzas:
1. Una primera estructura es el himno mismo vv. 1 – 18 (exceptuando los vv. 6 – 8 en la primera parte y el v. 15 en la segunda parte) … al leer el evangelio sin tener en cuenta los mencionados versículos se puede apreciar que hay unidad literaria y de composición, así como clara intencionalidad de mensaje o enseñanza. Esa enseñanza estará centrada en Jesús y en la humanidad Creyente.
Al decir que hay dos partes ya se identifica una estructura que al mirarla de cerca se puede apreciar como una figura quiasmica así:

vv. 1 – 11 (sin vv. 6 – 8) – En la centralidad del Verbo
vv. 12 – 13 – En la centralidad de la Humanidad Creyente
vv. 14 – 18 (sin v. 15) – En la centralidad del Verbo Encarnado

Así el centro del quiasmo son los vv. 12 y 13 que leyéndolos detenidamente hablan expresamente del género humano que se hace hijo de Dios, engendrados por Dios y esto porque creyeron en la luz y no son hijos ni de la sangre, ni de la carne de un proyecto contrario o alejado de Dios (ver pues, la centralidad de la palabra creer y sus implicaciones – y recordar el sentido de la palabra hijo en la tradición semita). Estos dos versículos no hablan de la luz (Jesús) y/o el Verbo (Palabra) como sí lo hacen las otras dos partes… con una conclusión final de donde se deduce que esa luz – que es Verbo (Palabra) – es Jesús quien dio a conocer al Padre (donde la palabra conocer es también de una centralidad capital).

En definitiva, se puede decir que este himno está originalmente escrito para resaltar, animar, generar identidad, fortalecer a los miembros de la comunidad de discípulos/as en cuanto les habla de su dignidad, del “don” que son y reciben como hijos/as de Dios y todo esto a partir de la revelación, comprensión y seguimiento de Jesús, Palabra de Dios encarnada.

2. La segunda estructura literaria se aprecia a partir de las interpolaciones de los versículos 6 – 8 y 15 que tienen como personaje central a Juan Bautista quien actúa como Testigo y da Testimonio y de cuya acción se desprende el Creer. Un Creer que parte del reconocimiento de Jesús, en esto hay una articulación con el mensaje – enseñanza de la estructura original del himno.

En esta segunda estructura literaria el centro del mensaje se desplaza a Jesús quien es Luz y Palabra (ya no es el centro el género humano que se hace hijo de Dios por creer) … aquí luz y palabra están en relación con el sentido y poder de la creación de Dios presentes en el libro del Génesis… además, se quiere resaltar el hecho que esa Luz y Palabra (que es Jesús, y que es el mismo Dios desde la eternidad) Él es quien “ha puesto su tienda en medio nuestro” (encarnación). Ahí la revelación y mensaje que quiere ahora expresar el evangelista. Ahí, también, el escándalo que genera conflicto con muchos a su alrededor, pero que al mismo tiempo es la certeza, confianza e identidad de quienes son parte de la Comunidad de Discípulos.

Así pues, los tres mensajes que podemos descubrir detrás del relato son:

a) La dignidad de Hijos/as de Dios de quienes Creen en Jesús;
b) la revelación de Jesús como hijo eterno de Dios (Dios mismo) y,
c) la identidad, certeza y confianza que hay en la comunidad de discípulos/as a partir del Creer que genera unas implicaciones y consecuencias a partir del testimonio del Bautista.

– En un breve recorrido de simbólicas centrales que se descubren en el cuarto evangelio tenemos:
 La figura de Juan Bautista es singular por su significación en las comunidades cristianas nacientes; en cada evangelio tiene su propio valor simbólico y de significado, pero en este está centrado en ser Testimonio – Testigo (todo lo que representa e implica el Bautista está en 1, 19 – 34).

Desde el contexto socio – histórico que está en este evangelio es la clave del testimonio que es y representa el Bautista… un testimonio que lleva a Jesús… un testimonio que reconoce a Jesús como Mesías… un testimonio que hace que él desaparezca para que surja la figura y el proyecto de vida que representa Jesús. Para el cuarto evangelio el testimonio de Juan parte del Bautizar en el Jordán no parte de la figura del desierto o del profeta de antiguo como aparece en los sinópticos… Así entonces, Testimonio – Bautizar – Jordán son las claves simbólicas y culturales que ayudaron (y hoy nos ayudan) en la comprensión del escrito y de la experiencia de vida que ésta contiene.

 El Testimonio aparece como el camino de ser creíbles, más que de creer, que está en la conciencia de experiencia de vida – fe en las comunidades cristianas que escribieron el N.T., ahí, en el Testimonio está la fuerza de la convicción y del invitar a otros/as a seguir el camino de Jesús (interioridad), esto si se mira el contraste con muchas de las prácticas de los sacerdotes y autoridades del templo que son denunciadas por los evangelios como contrarias a Dios y a su proyecto de vida… así testimonio y práctica de vida estaban íntimamente unidas.

 Bautizar es ante todo ruptura, esto para la mentalidad y cultura de la época del siglo primero en las comunidades cristianas. Ruptura frente a las comprensiones y tradiciones religiosas que representaba el templo, pues conducen al sometimiento de cara a Roma y su proyecto de vida y no la llevan a Dios y su proyecto de Justicia a favor de los más pobres. Bautizar también significa, romper con la mentalidad de una religiosidad que no salva y que se centra en los ritos y cultos y una oración que sólo mira a Dios y se olvida de la realidad y de las personas concretas que están al lado (solamente dar gloria a Dios mirando hacia arriba – religiosización de la fe) … Bautizar es empezar de nuevo, por ello los signos de la desnudez y de la blancura según las comprensiones culturales de la época
El Jordán es una representación simbólica de salir de la ciudad, de Jerusalén, del templo, de los ritos, de los mandamientos, de las autoridades… ir a lo sencillo, a la naturaleza, es la figura simbólica del volver al desierto, caminar, ir a reconocer al Dios de los/as padres/madres, así como cuando Israel conoció a Yavé, pues las formas religiosas impuestas por las autoridades ya no permitían ver de verdad a Dios, verlo cara a cara.

 El “mundo” es una palabra polisémica en el lenguaje juanino, de una parte representa el don de la Creación que Dios ha engendrado; pero también puede representar el lugar al que se va de misión, aquel que no conoce a Jesús y su proyecto; de otro lado, el “mundo” representa el lugar donde se vive, con quienes se vive, en sus contrastes y cotidianidad, ahí se expresa y representa (encarna) el proyecto de vida (de adhesión y seguimiento o de rechazo y desinterés); y, por último representa a todo aquello y todos/as aquellos/as que se oponen al proyecto de Dios en Jesús – Comunidad. La acepción que representa la palabra mundo dentro de un relato hay que ubicarla según el contexto de cada relato.

En este acercamiento contextual es esencial reconocer que el “mundo” que se opone a Dios y su proyecto es Roma (por lo que representa en sentido de vida, en las formas utilizadas para imponer ese proyecto de vida y de sociedad, por los intereses que encarna, así como por sus principios de vida e intencionalidades); pero al mismo tiempo, este “mundo” que es Roma también está presente en el templo de Jerusalén, en sus autoridades, que persiguen, ocultan verdaderos intereses, someten al pueblo en beneficio propio, de ahí el llamado de atención y de exigencia para ser coherentes en el rompimiento con el mundo.

Todo lo anterior hace que nos preguntemos hoy por el valor, el significado y las implicaciones personales, comunitarias, eclesiales, sociales y ecoambientales de todas y cada una de estas simbólicas y del lugar que nos permite vivir la experiencia de fe y de seguimiento de Jesús. Fuera de ese contexto es muy fácil manipular la interpretación – expresión que surge a partir del texto… un texto que, leído sólo, sin tener en cuenta lo anterior se presta a manipulaciones moralizantes, generadoras de cargas de culpabilidad, propiciadora de sometimiento a ciertas prácticas y ciertas formas de autoconciencia desde un reduccionismo religioso que en lugar de liberación – salvación, son expresiones de temor y de anuncio de castigos.

3. Acercamiento Teológico – Pastoral – de Actualización

– Las tradiciones antiguas en la Biblia ponen la comunicación con Dios a través de los ángeles, o por medio de apariciones o revelaciones… en Juan la comunicación es “hecha carne” pues el Verbo (Palabra) es hecho carne… hay, sin duda, un cambio cualitativo muy significativo… hay una perspectiva de plenitud, de comunicación cara a cara, ya no hay más intermediarios en esta conversación con Dios.

Pensar entonces en lo desconcertante de esta afirmación que había de ser para los creyentes de esa época… y pensar que para muchos de nuestros creyentes hoy, esto todavía no está claro, pues no ven a Jesús cara a cara, no lo perciben, ni lo sienten, y como en la niñez (infancia de la fe) esperamos que nos hable en medio de una nube, o se nos presente de alguna manera para poder “sentir” su cercanía.

Pensar que muchas veces nos preocupamos más porque esta doctrina sea bien aprendida, más que bien vivida… pensar en qué hacemos los/as creyentes para propiciar experiencias que permitan esa cercanía del Jesús que es Dios mismo y nos hace Hijos/as de Dios.

– Una consecuencia muy concreta que significó esta reflexión teológica para aquel entonces nos sirve como modelo para pensar y actuar a partir de esa misma reflexión: Si Jesús es Dios, y Jesús está vivo y actuante en la Comunidad, entonces la Comunidad vive y actúa en Dios, es Dios, en la fidelidad a Jesús y su Proyecto.

Con base en esta reflexión y certeza de fe se anuló la intermediación, por ello el énfasis discipular que hace el evangelio sobre el énfasis apostólico que hacen los sinópticos… esto no lo reconocemos en la reflexión eclesial de hoy, en la vida eclesial de hoy, en la identidad eclesial de hoy, en la eclesiología de hoy.
Esta afirmación que está presente en el himno inaugural del evangelio de Juan la pasamos sin mayor contemplación y todavía con menor acción para constituirnos como Iglesia, como Comunidad toda ella discipular, toda ella referida a Jesús… así la Iglesia toda, su vida, su organización, su autoridad… todo… es muy diferente a lo que somos y vivimos hoy.



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