Aportes para un Estudio del Evangelio de Juan 2, 13 – 25

III Domingo de Cuaresma
“Creer en Jesús según la casa y según el templo; no son lo mismo”
 César Augusto Baratto Abello Biblista – Docente – Investigador
cbarattoa@gmail.com 



1. Acercamiento Contextual socio – histórico y cultural – simbólico:

En otros aportes de estudio he insistido en el carácter Catequético (no kerigmático) del cuarto evangelio, esto lo pone en un horizonte de sentido completamente diferente al presentado en los evangelios sinópticos… así el contexto en el que hay que leerlo es distinto y, desde ahí, asumir la comprensión y actualización desde otro lugar epistemológico. – La época de redacción final del evangelio (finales del siglo I o posible inicio del siglo II d.C.) pone unas condiciones de vida, unos lugares y unas circunstancias que no están presentes en los sinópticos (persecución, ya no sólo de parte de la sinagoga, sino que también de parte del imperio; empobrecimiento y sufrimiento de quienes están en la comunidad del discípulo amado; rechazo y conflicto entre comunidades cristianas)

También se ha dicho que detrás de la redacción de buena parte del evangelio juanino está un conflicto entre comunidades cristianas, especialmente las paulinas) y el mutuo rechazo entre ellas es esencial en esta época de la historia del inicio del cristianismo (bien sé que poco, muy poco, se habla de esto y menos se reconoce en general en los ámbitos eclesiales). Ahí está en juego la comprensión de Jesús (ahora resucitado), la comprensión de su Proyecto, la comprensión del sentido de Comunidad (iglesia naciente) y, por todo lo anterior, la manera de organizarse, la manera de comprender y vivir la fe, también teniendo por realidad la persecución del imperio romano y de las sinagogas.

Tradicionalmente se mira solamente a Jesús en la lectura y comprensión de los evangelios, se resalta su figura, su actuar, sus palabras, su enseñanza… y casi que nos quedamos solamente en esa mirada sobre él, allá en su época y con sus gentes… pero esto es realmente un reduccionismo que hemos de superar para leer y comprender los evangelios en general, y el Cuarto Evangelio de manera particular, pues, no se puede perder de vista que para el cuarto evangelio decir Jesús, equivale, al mismo tiempo, decir Comunidad o al contrario, decir Comunidad es decir Jesús… para el redactor final en el momento de escribir el evangelio hay plena conciencia que los dos son una misma realidad, inseparable… Esto trae implicaciones y consecuencias muy valiosas e importantes, nos podemos preguntar hoy, por ejemplo: ¿tenemos plena conciencia que nuestra vida personal ha de ser una sola junto en la vida de Comunidad.

Iglesia que es, al mismo tiempo, una sola vida con Jesús hoy? ¿Vemos, sentimos, caminamos con Jesús como personas en la Comunidad – Iglesia? ¿Lo que decimos, hacemos, vivimos, desde donde nos inspiramos para tomar decisiones, nuestros sueños y esperanzas, el estilo de vida y el proyecto de sociedad, y de donde inspiramos las relaciones eco-ambientales son los mismos de Jesús y nacidos en el corazón de Jesús? De esta conciencia de pertenencia, de participación, de responsabilidad en la vida de fe es lo que está lleno el cuarto evangelio, esto es la insistencia en el Creer que es central en el evangelio… desde ahí la Comunidad del Discípulo Amado relee la vida de Jesús y se aplica a sí misma para hacer lectura de su realidad en la época de finales del primer siglo de la era cristiana y, más aún, esta misma conciencia se lee como lo que sigue aconteciendo y sigue enseñando Jesús ahora resucitado en medio de ellos/as… Por tanto hemos de leer nuestra propia vida personal – comunitaria (eclesial) – social – eco-ambiental – histórica en esta misma perspectiva y de horizonte de fe y de convicción. – De otro lado, es necesario recordar que para el Cuarto Evangelio hay cuatro palabras claves sobre los cuales está construido el imaginario simbólico y de sentido de su contenido: Creer (el más importante de todos); Testimoniar; Ver y Gloria y todas como columna vertebral para comprender y asumir el Discipulado (para el cuarto evangelio las palabras fe y apóstol no son importantes, ellas demuestran inmadurez y falta de entrega… sobre esto hay mucho para decir… así como de implicaciones, consecuencias… … …). Así entonces, al leer el texto de este domingo veremos que varias de estas palabras están presentes como lo pueden apreciar en las expresiones resaltadas y marcadas de organización estructural del relato en el archivo adjunto con la traducción del evangelio.

El lugar de redacción final del escrito del evangelio, así como lugar de asentamiento de la Comunidad del Discípulo Amado parece estar en Éfeso, Asia Menor, que por ser este lugar, sin duda, la presencia de la mentalidad helénica (greco – romana) en sus imaginarios religiosos y sociales están en conflicto-contraste con la mentalidad y proyecto que representan Jesús y la Comunidad. Esto quiere decir que el carácter de imposición cultural-religioso de la imagen de “zeus” como dios romano sobre la población de todo el imperio era consistente con la disposición cultural-religiosa de los pequeños pueblos de considerar que el dios del pueblo gobernante era más poderoso que el dios del lugar o de la región… y Zeus representa el poder por la fuerza (guerra), el temor a ese dios y a ese poder y, de ahí, la justificación del desarrollo bélico-militar propio del imperio. Pero para las comunidades cristianas en general y, en particular para la Comunidad del Discípulo Amado esta descripción socio-religiosa del Asia Menor no es la razón y/o posibilidad del Dios/Jesús que encarnan y representan. La comprensión de liberación-salvación traída y realizada por Jesús (Mesías) en el cumplimiento de las promesas a Israel a favor de los pobres es contraria a esa mentalidad e imaginario cultural-religioso, por ello, se levantan en resistencia contra esa visión religiosa que justifica la opresión, el sometimiento, el empobrecimiento y el asesinato de contradictores del dios y del gobierno. Considero que todos estos aspectos están detrás de texto del evangelio de Juan, y por lo mismo, de los sentidos e implicaciones que de ahí derivan… veamos algunas notas para el estudio y, desde ellos, acercarnos a una lectura en el contexto de hoy. 

2. Acercamiento Literario – Contextual:

El relato que se lee este domingo ha de empezar a leerse propiamente desde el v. 11 y teniendo como trasfondo todo el capítulo 2 desde su inicio y su referencia a la primera señal de Jesús (que también es primera señal de la Comunidad… y ha de ser primera señal de toda Comunidad de hoy en la madurez del seguimiento discipular de Jesús). La lectura desde el verso 11 ubica en el contexto de las Señales y la Gloria de Jesús y la Comunidad un conflicto en torno del Creer (como lo ven en el archivo adjunto del texto en su organización estructural)… hemos de preguntarnos ¿qué es lo que está detrás de ese conflicto? ¿qué se puede percibir y descubrir? ¿qué nos muestra de la historia y de la vida de la Comunidad del Discípulo Amado? ¿qué nos dice a nuestra relación Jesús – Comunidad hoy?... veamos algunas pistas para el estudio: Vale repetir que se ha de abandonar la mirada únicamente sobre Jesús, así como la mirada doctrinal en la que se hace tradicional referencia sobre el cuerpo del resucitado que se centra únicamente en Jesús… y desde ahí se predica. Mirando la estructura del texto podemos percibir que el centro está en el v. 22 a partir del Creer, y desde ahí se señala un contraste – conflicto; contraste – conflicto entre los discípulos y con ellos sus hermanos y la madre de Jesús (v. 11) quienes creen a partir de la primera señal (2, 1 – 10) y en confrontación con quienes dicen creer, pero de quienes Jesús no confía pues bien los conoce (vv. 23 – 25)
Una posible configuración estructural del texto es (ver archivo adjunto del texto):

vv. 11 – 12 cierre y conclusión de la experiencia en Caná de Galilea (de ahí primera señal y el creer)… al mismo tiempo, es contexto de enlace para el contraste – conflicto que sigue v. 13 – presentación del contexto de la narración del contraste – conflicto. Y el desarrollo de éste aparece dispuesto en dos escenas: una en y desde el templo y la otra con y contra los Judíos: vv. 14 – 17 – en el Templo la figura contrasta entre el “Comercio” (vendedores, cambistas, bueyes, etc.) y la Casa del Padre (aquí no hay que confundir como un mismo lugar y dos acciones… realmente es el conflicto entre dos proyectos en los que se mira la experiencia religiosa como horizonte de sentido para la vida, para leer la realidad, para la construcción de la sociedad, para la relación ecoambiental, etc.)… en definitiva es el contraste entre la experiencia en el Padre (Abbâ) de Jesús y lo que pueden hacer otros con la fe utilizando el mismo nombre de Dios. vv. 18 – 22 – Esta segunda presentación del conflicto se puede decir que es una complementación y/o que es la consecuencia o derivación del contraste que se viene describiendo (pero aquí no está el conflicto central)… está sí, la clave central desde dónde leer el conflicto (v. 22 – resurrección – acordarse – Creer), pues el contraste – conflicto es en lo que sigue. vv. 23 – 25 – Unos dicen que creyeron, pero están en Jerusalén y durante la fiesta de la Pascua… y creyeron por las señales… es en ellos en quienes no confía Jesús. Al afirmar que están en Jerusalén y en la fiesta de la Pascua, el/la autor/a sagrado/a parece indicar que todavía están en el proyecto anterior, están “pegados” del templo y sus tradiciones… ahí se devela la crisis… Unos son los que dicen creer en Jesús y en su Proyecto como Proyecto del Padre, pero de verdad tienen en su corazón, en sus entrañas, en su cabeza, en sus pies otra experiencia, otro proyecto, otro “dios”… son los que todavía tienen el templo y sus tradiciones como el parámetro de su mirada (comprensión/mentalidad) y seguimiento (adhesión) en todo lo anterior, es decir, no han roto con falsas creencias… Aquí se pudiera ubicar el conflicto con otras comunidades cristianas que todavía esperaban en el templo, confiaban o aceptaban su autoridad, o les temían y por ello obedecían, pero la Comunidad del Discípulo Amado rompe con todo ello. O, lo que es peor, terminaron organizándose en una nueva estructura de comunidad pero con la misma forma y mentalidad del templo que es la crítica mayor que se hace a otras comunidades cristianas con quienes se tiene conflicto, como parece ser el caso de la Comunidad Paulina en Éfeso. – Se puede mirar, de igual manera algo sorprendente, en este mismo centro (v. 22) ya aparece la figura del resucitado que confirma el Creer de los discípulos (tanto en la Escritura como en las Palabras), así el relato también muestra otro conflicto: la diferencia de comprensión de la Palabra y de la Escritura entre quienes hacen parte de la Comunidad del Discípulo Amado y quienes siguen según las tradiciones del templo (sinagogas), lo cual implica la necesidad de unas rupturas en la mentalidad, en las prácticas religiosas, en los imaginarios de representación de Dios, en los sueños y aspiraciones, así como en la proyección de cara a construir la sociedad, a la relación ecoambiental para la vida y para el culto, etc.

El “recordar” lo escrito en la tradición y lo dicho por Jesús que hacen los/as discípulos/as (vv. 17 y 22) llevan a la inspiración en la novedad de certeza del cumplimiento de las promesas y, por ello, la radicalización de la experiencia que se hace contraste-conflicto con el entorno que la rodea, tal y como se narra en la experiencia de Jesús en el templo narrada en los vv. 14 – 16. – Las simbólicas aquí son muy importantes, ver, por ejemplo, la diferencia entre templo y Casa. En el relato aparecen separados, pero están íntimamente unidos para mostrar la enseñanza que quiere mostrar el/la evangelista: templo para los judíos que es un lugar donde se preservan sus tradiciones – mentalidad y casa para la comunidad que es Jesús y ella misma como Comunidad. De otro lado está la simbólica del contraste – conflicto entre el “comercio” y la Casa del Padre como se advierte más arriba. Así templo y Casa pasan a ser dos figuras simbólicas claves y centrales y es donde se advierte el conflicto, que aunque se digan de manera igual en distintos lugares y proyectos no significa que se comprenden de la misma manera sino que realmente son diferentes. Para unos (judíos y otras comunidades cristianas diferentes a las del Discípulo Amado) significa apegarse a las tradiciones antiguas y a sus estructuras de organización, así como a la manera de ver a “dios” y su Proyecto; mientras que para la Comunidad del Discípulo Amado significa ruptura con todo lo anterior y construir todo nuevo, una mirada y comprensión distinta de Dios, de Jesús, de su Proyecto y, por tanto, de todo cuanto han de querer, soñar, amar, organizarse, proyectarse en la sociedad, etc. Casa/templo para la Comunidad del Discípulo Amado (v. 20) es Jesús y es ella misma como conciencia de seguimiento discipular (fidelidad); Casa del Padre/Madre es el proyecto que se construye (entre Jesús y la Comunidad) a partir de un encuentro nuevo con Dios. No se puede confundir que son el mismo lugar el “comercio” y la Casa del Padre/Madre realmente son lugares simbólicos y significativos muy distintos… Aquí también se refleja la novedad del lugar donde se reúne la Comunidad, ya no es el templo, ya no es la sinagoga, es la casa de alguno de los miembros de la comunidad, allí se vive, se aprende, se construyen relaciones distintas, comprensiones distintas, mentalidad distinta… No se puede creer y pensar que Jesús estaba defendiendo el templo de Jerusalén, no. No se puede pensar que Jesús hablaba que quería hacer “respetar” al templo, no… nada tiene que ver con cierta mirada de “respeto” sobre el templo como el guardar silencio, o las posturas que se “deben” realizar para reverenciar el lugar y la presencia del “Señor” y/o las formas del culto y la liturgia como se escucha por ahí en abierta manipulación del relato sagrado.

Las señales de Jesús en el evangelio muestran que pasa haciendo el bien… y con sus prácticas transforma la imagen que se tiene sobre Dios; transforma la clave religiosa del culto, de la religiosización de la fe; pone a la justicia de Dios como el horizonte de lo que ha de hacerse en el nombre de Dios… así que no es el comercio que se realiza con mercancías religiosas, o con el pago de servicios religiosos; o ser simplemente adeptos a rituales religiosos… Jesús transforma todo esto en las señales que son las que luego lo condujeron a ser asesinado por quienes se vieron

afectados en sus intereses y se aprovechaban del pueblo con esa manipulación de los “bienes religiosos”. De esta manera, las señales de Jesús, no son como se suelen ver entre muchas de las gentes de hoy (incluidos ministros de las iglesias) “milagros” que ofrecen bienestar individual a una persona; la señal, es esencialmente aquello que muestra y construye una vida nueva, un mundo nuevo, hace realidad una nueva relación con Dios al hacer realidad su proyecto de justicia en el amor.

3. Acercamiento Teológico – Pastoral – de Actualización:

Interrogar parece ser una palabra clave en el mensaje y/o enseñanza que se desprende del acercamiento al texto que se lee este domingo… interrogar nuestras comprensiones de Dios, de templo, de Creer… interrogar nuestras prácticas de discipulado que han de estar más allá de lo meramente religioso, cultual y litúrgico… interrogar nuestras organizaciones de pastoral, de parroquia, de comunidad… Interrogar nuestras opciones y definiciones en materia política, económica, cultural, social; pensar, descubrir, contrastar, confrontar si ellas: ¿Están asumidas según el proyecto de ruptura y transformación de Jesús o son según nuestras ideas, nuestros intereses, nuestros: “estar de acuerdo”?... Implican proyectos distintos, formas de comprender, pensar, soñar y vivir muy distintos, en últimas diferencia en la comprensión de Dios, de la manera de comprender al Mesías, de seguirle, de organizarse en la Comunidad, etc. – Hoy, en medio de diferencias entre comunidades cristianas (por no asumir las diferencia entre distintos credos) es necesario preguntar por inquietudes como las aquí señaladas… que sea nuestro Testimonio, nuestras prácticas, nuestras palabras, nuestra manera de organizarnos, nuestra manera de ver y vivir la Casa y el templo lo que refleje Unidad y discipulado… o que sean ocasión y oportunidad para revisar y construir Comunión desde Jesús y el Proyecto de Jesús, no según tradicionalismos y excusas de que así siempre se ha hecho… Es importante reconocer, contrastar, asumir las diferencias que existen en nuestras prácticas de vida de fe, de comunidad, eclesiales, de proyección en la constitución de sociedad, de historia, de cuidado de la Creación… importante para contribuir en la construcción de identidad, para renovar y confrontar de cara al discipulado según Jesús… es necesario que nos pongamos en disposición de reconocer la diferencia como camino de construcción de la Comunión. – Propongo dos textos finales para la reflexión, uno es tomado de los aportes que realiza M. Asun Gutiérrez Cabriada en las presentaciones power point, y el otro un poema de contemplación:

Jesús denuncia y actúa ante las situaciones injustas. Se enfrenta con indignación y valentía a todo el tinglado religioso-mercantil que se había formado en torno al templo. Con este gesto profético Jesús denuncia la situación en la que los intereses económicos, sociales, religiosos y políticos, han suplantado y ocultado a Dios. Buena ocasión para preguntarnos si esta situación se ha repetido a lo largo de la historia y si sigue siendo actual. Jesús reacciona ante quienes atemorizan y esclavizan a las personas por medio del culto, de ritos y de tradiciones y todo lo supeditan a sus propios intereses.

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