Herramientas para una Catequesis Litúrgica
Querido(a) catequista, en este texto
pretendo brindar una aclaración sobre la catequesis litúrgica; es decir, la
catequesis que atiende con especial énfasis todo lo relacionado a las formas de
celebrar nuestra fe como cristianos católicos. Para tal fin explicaré la
necesidad de su existencia; en segundo lugar, describiré en términos generales
cómo se ha venido realizando la catequesis litúrgica; y finalmente brindaré
algunos horizontes de sentido que pretenden mejorar la manera como planeamos,
ejecutamos y concluimos nuestras catequesis.
Es verdad que la catequesis debe
conectarse con la vida de quienes asisten a ella –niños, niñas, jóvenes y
adultos- esto implica crear una catequesis para la vida; es decir, que toque aquello
más cercano para la persona (la familia, el hogar, el amor, el trabajo) e
iluminarla a la luz del evangelio. También es cierto que la catequesis debe
responder a los problemas del entorno (barrio, ciudad o País) e igualmente
iluminarlos con la palabra.
Pero no nos dejemos robar el pequeño
espacio en donde la catequesis responde a las maneras de celebrar nuestra fe
como iglesia. La catequesis debe brindar o fortalecer una identidad de iglesia
en las personas; y gran parte de lo que identifica a una persona como creyente
es su respeto y conocimiento dentro de las celebraciones de fe.
Es en este punto donde encontramos la
necesidad de la catequesis litúrgica, puesto que es urgente que exista en las
parroquias una catequesis que acerque a las personas a profundizar y conocer
con mayor detenimiento los signos y símbolos que hacen parte de nuestra fe.
A lo largo de los últimos años la
catequesis ha tenido dos maneras de desarrollarse; la primera es una catequesis
humana, que se ha interesado profundamente por las preguntas sobre la
existencia de Dios y del ser humano, sobre los problemas de la vida cotidiana
de las personas y cómo iluminarlas a la luz del evangelio, lastimosamente, esta
catequesis le ha dado mucha importancia a los problemas
humanos y ha dejado de lado los asuntos litúrgicos cristianos.
La segunda manera como se ha desarrollado
la catequesis, caracteriza una catequesis estática, en donde son nulas las
posibilidades de brindar nuevos sentidos y comprensiones a las verdades
cristianas.
El
ideal sería lograr una catequesis que comience por la realidad humana de las personas,
su vida y su contexto y que paralelamente logre brindar identidad cristiana y
conocimiento de los signos y ritos de la iglesia.
Como consecuencia de no facilitar la
profundidad en los encuentros rituales y celebrativos, encontramos que los sacramentos
han dejado de ser para las personas signos de fe y se han convertido en
encuentros sociales. Esto lo podemos observar fácilmente en los matrimonios y
bautismos, en donde parece más importante la elegancia de los trajes y vestidos
de la ceremonia, que el sentido de consagración y cercanía a Dios como
sacramento.
A partir del último gran acuerdo que tuvo
la iglesia, en donde se reunieron en Roma casi todos los obispos del mundo hace
cincuenta años y lograron realizar un documento conocido como el Concilio Vaticano II; las celebraciones
litúrgicas han experimentado una nueva y renovadora dinámica.
El Concilio nos invita como catequistas,
preocupados también por la profundidad y seriedad de nuestras celebraciones de
fe, a tener en cuenta las siguientes indicaciones:
ü Planea un cronograma con los
temas de cada catequesis y no olvides relacionar las temáticas que se quieren
enseñar con el espíritu del año litúrgico. Esto permitirá un mayor acercamiento
al conocimiento de las fiestas, celebraciones y conmemoraciones que realizamos
como iglesia.
ü Ten en cuenta siempre la
creatividad a la hora de desarrollar y ejecutar las catequesis. Lo peor que
puede suceder en una catequesis es que se convierta en un espacio de
aburrimiento y cansancio. Para ello ten en cuenta la participación, el diálogo
e inclusive algún material didáctico que permita realizar actividades especiales
y en grupo.
ü Debes ser lo más claro y cercano
posible en tus palabras a las personas a las que te diriges. De nada vale que
pierdas el tiempo hablando, sino permites que te interroguen, y generar así
espacios de comprensión.
ü No puedes pensar que con una
catequesis litúrgica podemos desechar un espacio de eucaristía o cualquier otro
sacramento. Las celebraciones litúrgicas contienen diferentes expresiones de fe
que fomentan la comunicación religiosa que solo ellas puede orientar.
Finalmente espero que en tu experiencia
como catequista nunca dejes de reflexionar lo que haces, ¿Qué es lo importante
en una catequesis?, ¿Cuál es la mejor manera de enseñar?, ¿Cómo puedo hacer que
participen y se comprometan las personas?, entre otras preguntas que siempre
serán necesarias de realizarse como catequista, para poder realizar así un eco
de la palabra del Señor y celebrar de mejor manera la fe en nuestras catequesis.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario, y comparte con el mundo